Esta sí que es buena. Ahora
resulta que el fantasma de la ingobernabilidad de Italia recorre los pasillos
de todas las cancillerías europeas, alarmadas por el triunfo “de facto” de un
payaso en las elecciones italianas. Me refiero a Beppe Grillo, que será un
payaso, pero a mucha honra, porque es de los pocos que dicen las cosas claras
en su Movimiento 5 Estrellas y en su blog.
Los italianos, raza vieja como
pocas y por ello ya muy descreída de todo y de todos, se han dado cuenta de que
para votar a payasos, mejor hacerlo a profesionales que no a malas imitaciones,
como Berlusconi, que ese sí que da risa; o como Monti, que pese a toda su
impostura de grave seriedad, no es más que otro bufón al servicio de los
mercados.
Como también es otro payaso
Rajoy, también investido de aparente seriedad, a modo del personaje que hace ya
muchos años inmortalizó Buster Keaton, pero con mucha menos gracia. Debe ser
por su gallego hermetismo, que no le favorece mucho como comunicador. Y además
de payaso, vacío por dentro, como los muñecos de José Luis Moreno, por cuyas
entrañas se menea la mano de Angela Merkel, otra que daría mucho en un programa
humorístco. A mí esa señora me recuerda a los alemanes tontos pero muy pagados
de sí mismos de aquella esperpéntica y genial serie cómica llamada ‘Allo ‘Allo !.
Y es que ya son muchos los
ciudadanos que se han dado cuenta de que debajo de tanto terno oscuro, tanto
encorbatamiento y tanta presencia solemne,
no hay mucha sustancia; y desde luego lo que hay es mucha desfachatez,
mucha “misse en scene”, y en
definitiva, mucha tontería al servicio de los poderes fácticos, de quienes
nuestros gobernantes no son más que un mero apéndice que mostrar en público.
Pero dicen más estupideces que los payasos de la tele, no nos engañemos.
Así que para votar a payasos
encubiertos al servicio de oscuros capitales, mejor ya votamos directamente a
payasos de verdad, pero comprometidos socialmente. Me juego los restos a que no
lo hacen peor que esos idiotas cabezas de lista y sus secuaces que les jalean
las gracias con las que nos meten un recorte tras otro, mientras los mercados
se enriquecen sin pausa.
Como dice Grillo, todo lo que se
ve en la televisión es falso, comenzando por las públicas comparecencias de
nuestros indignos dignatarios y sus sonrojantes discursitos, que menos mal que
los llevan previamente redactados, porque cuando no, les ocurre lo que al necio
de Salvador Victoria, que comparó a los manifestantes del 23-F con Tejero y sus
amigos; y además les atribuyó una presunción
de violencia, que debe ser cosa nueva y sustanciosa en el código penal;
para despacharse finalmente con que “esos
grupos ultraizquierdistas y antisistema pretendían deslegitimar en la calle los
resultados de las urnas”, como si a) todos quienes salieron el 23 de
febrero fueran peligrosos terroristas y b) no se hubiera deslegitimado el
Partido Popular él solito al no cumplir ni una sola de sus promesas
electorales. En resumen, que el pobre imbécil nos hizo reir a todos un buen
rato. Hasta Franco hubiera encontrado graciosas las explicaciones televisivas
del payaso Victoria, que a quien auguro un buen futuro en el circo político. De
augusto, seguramente, que es el que
más risa da.
Así que tiembla Europa por unos
resultados que no son más que una manifestación clarísima del rechazo popular a
la manera de gobernar la economía de la UE, en la que todos remamos según el diktat de la Gran Timonel Alemania, que
a su vez navega a favor de innobles vientos muy poco europeístas, por más que
insistan en el mantra establecido (y que por cierto, ya no nos creemos). Y
todos los grupos mediáticos al servicio de esos tenebrosos poderes se han
puesto a aúllar demencialmente por el
sacrilegio que representa tener un payaso en la alta política y los gravísimos
peligros a los que se enfrenta Occidente por culpa de la insania de los
votantes, que ahora sí, se han convertido en unos irresponsables a los que hay
que reprender y castigar por su mala conducta. Vaya por dios. Y muchísimas
gracias por sacarles de quicio, Beppe Grillo.
Me parece que ahora empezamos a
verle la auténtica cara a esos demócratas de cartón piedra que se han
apoderado, casi sin excepción, de la vida pública europea. De manera que yo
quisiera promover en este país una candidatura política liderada por Los Payasos de la Tele. Lástima que
Gaby, Fofó y Miliki abandonaran este mundo hace unos años, pero aún nos quedan
Fofito y Milikito para que, al menos, no nos tengamos que reir entre dientes, sino
a mandíbula batiente, con las cosas de su gobierno.
Yo les votaría.