viernes, 24 de enero de 2014

Estos chicos

Semana cargadita de idioteces en la política nacional. Estos chicos del gobierno se nos están descontrolando con afirmaciones que es mejor tomarse a risa, por aquello de no perder el sentido del humor. Un humor muy necesario porque todavía no es delito tipificado en el código penal y porque soy de quines creen que en el fondo el PP lo que quiere es ponernos a todos de mala leche para hacer luego unas cuantas concesiones preelectorales con la poco disimulada finalidad de arrancarnos una sonrisa de satisfacción por lo bien que lo hacen Mariano y sus chicos y chicas del coro, y de paso y si es posible, que seamos tan burros de volverles a votar.

Personalmente desconozco si el señor Floriano es imbécil, pero lo cierto es que resulta innegable, desde una perspectiva totalmente objetiva, definir la mayoría de sus apariciones públicas como la escenificación de la estupidez más palmaria. O tal vez se dedica simplemente a la provocación abyecta, para atraer sobre sí el aluvión de las más que merecidas críticas y distraer al personal del foco de los verdaderos responsables de todo este galimatías político, que no son otros que los ministros que llevan as riendas del país. Como dice un buen conocido mío conocido y compañero de trabajo, sólo podrían interpretarse sus apariciones como las de los maletillas que están al quite para que las cornadas no vayan al diestro.

Y es que el señor Floriano ha tenido la ocurrencia de afirmar que estamos saliendo de la crisis gracias al esfuerzo de todos, pero especialmente de las rentas altas, afirmación que después se ha matizado con aquello de que se refería exclusivamente a los que tributan por IRPF. Digo yo que primero habría que definir que entiende el señor Floriano por rentas altas, porque  la aclaración no ha llegado a tanto y me temo que el dato se presta a una demagógica floritura, según se sitúe el límite de la riqueza. Por mi parte, quiero decirle al señor Floriano que al paso que vamos, las rentas altas en este país serán las correspondientes a los antiguos mileuristas, porque los demás o están cobrando salarios de miseria, o directamente no tributan al IRPF porque están en el paro.

En un país con 1,8 millones de familias con todos sus miembros en el desempleo, es un prodigioso sarcasmo decir que salimos de la crisis gracias a las rentas altas, cuando todo el mundo sabe, hasta en el FMI, que si salimos es por la más que archisabida proletarización de la clase media, cosa que ya advirtieron muchos entendidos y que yo reflejé en anteriores entradas de este blog, sobre la sinificación de los trabajadores españoles. Por si la filigrana fuera poca, Floriano ha redondeado la faena diciendo que todo esto se ha hecho sin cargarse la sanidad ni la educación pública. Hombre, pues sí, cargársela del todo, que es lo que les hubiera gustado a estos del "TDT Party", no lo han hecho; pero hay que ver cómo la han dejado, o sea, banderilleada, estoqueada y con rodilla en tierra.

Espero que al señor Floriano le cueste lo suyo tragarse esos sapos que ha de ingerir previamente a todas y cada una de sus comparecencias, porque de lo contrario, estamos ante un caso flagrante de psicopatología política digno de mayor estudio, y sobre todo de encierro en institución sanitaria. Pública, por supuesto, para que el señor vicesecretario del PP se entere de si ha habido recortes o no.

Otro que también desvaría es nuestro ministro de justicia, señor Gallardón. Debe ser porque hasta la ultraderecha europea le abandona en su proyecto de ley  del aborto, cuando personaje tan significativo como Marine Le Pen, pese a todo lo facha que es (y a quien al menos cabe la honradez de reconcoerse en el extremo derecho del espectro político), resulta conmovedoramente moderna y progre al afirmar que ella no apoyaría en Francia una ley del aborto como la que se propone infligirnos el ínclito ministro.

Y va pues el ministro de justicia y se explaya en el Congreso con un alegato pasmoso, reclamando a la izquierda que actúe en defensa del débil, como siempre ha hecho la izquierda, intentando equiparar el aborto a una especie de pugna entre los débiles fetos y las fuertes mujeres. Me pregunto si el señor Gallardón se escribió él mismo el discurso, o bien se lo pergeñó algún infiltrado guionista de "El Intermedio", porque acto seguido casi me atraganto con las croquetas de la cena, entre atónito, convulsivo y descojonado. Porque si la arenga del ministro dirigida a los escaños del PSOE les reclamaba que estuvieran donde siempre habían estado, es decir, a favor de los pobres y los débiles, quiere decirse, a sensu contrario, que Gallardón afirma que el PP ha estado siempre vinculado al interés de los fuertes y poderosos. Y claro, eso sólo puede ser producto de una infamante traición interna de su propio subconsciente, o externa de algún miembro de su equipo vendido al enemigo. Porque si remotamente cree en lo que dijo, lo que resulta procedente es la dimisión irrevocable y la adscripción, como milintante de base, a algún partido del otro lado de la calle,

En todo caso, recomiendo a Gallardón la misma terapia que a Floriano: un ingreso urgente en algún centro sanitario público para que se lo haga mirar. Porque esto, pese a lo acostumbrados que nos tiene el gobierno con sus destempladas salidas de tono y sus extravagancias justificatorias, ya resulta claramente demencial.. Para eso es mejor hacer la esfinge, como su barbado jefe de filas. Aunque bien pensado, como Rajoy practica el mutismo y tal, ellos deben compensar la absoluta e insustancial sosería de su discurso con una verborrea en exceso sazonada de incongruencias.

Y es que estos chicos no tienen remedio.


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